++
Veinticuatro.
Llenos de amor.
Sonó mi
despertador y corrí a la ducha hoy iríamos a la estancia de la abuela de Peter,
queríamos relajarnos y no había mejor lugar que un campo y respirar aire puro.
Lo más cómodo
llevaba mi gran metro cincuenta, un bolso y todo lo necesario de una mujer ahí,
tomarnos todo el fin de semana después de varios ruegos a Papá y luego a mi
hermano, mi mamá dio un si rápido, ellos también iban a salir, Peter llegó
saludo a papá y a mamá y a los presentes, luego de ese dedo acusador de papá
hacia Peter, yo me senté en el lugar del copiloto y emprendimos el viaje, las
risas siempre estaban presentes al punto de parar en grifos y no precisamente
para cargar nafta.
Todo era
rústico, de madera, habían dos pisos, la habitación era de dos plazas,
guardamos lo necesario y bajamos a caballito –yo encima de él- me sentó sobre
la mesada y empezábamos la cena, preparada por nosotros dos, obvio, claro que
él no estaba de acuerdo que yo este sentada cargándolo todo el tiempo por como
cocina, luego de un intercambio de palabras y su fingido enojo, esos
sorrentinos preparados por él y con “mucha” ayuda por parte mía, los comimos
mientras se disfrutaba esa película –PD: Te Amo- que a inicios del año se había
estrenado y ahora se proyectaba en ese televisor que iba delante de ese ventanal
donde corría la lluvia que al mismo tiempo mis lágrimas de emoción, el se reía
tocándome las manos con un Mi amor es una
película pero yo negué, pasa que me había metido en los zapatos del
personaje.
Los títulos
de final, ya pasaban, sus besos suaves empezaban, nos paramos y empezamos a
caminar lento y seguro , cada
instante mordía su labio, era irresistible, tal cual su lunar, que ahora mi
entras él se quedaba en mi cuello yo pude sonreír y con un dedo tocar ese
lunar, las escaleras, la puerta y habíamos tropezado con esa cama de dos plazas
con sábanas blancas, me miro por unos segundos, le sonreí, hizo lo mismo, me
dio otro beso ahora la tentación y las ganas se estaban haciendo presentes, los
suspiros rápidos, sus manos que de a poco me subían esa remera suelta que me
había decidido usarla antes de su preparada cena, ahora mi mano se situaba al
borde de su remera, empezamos que todo fluya, de a poco, con besos, caricias, también
cuando su pantalón cayó primero que el mío, se detuvo otra vez, yo le di un
beso en su cuello y ahora mi pantalón necesitaba salir de ahí, las sábanas y
cubrecama habían sido abiertas especialmente para que mi cuerpo se posicione al
lado de el de él. Sus besos que recorrían mi cuerpo, su mirada que no salía nunca
de mi, y la mía tampoco de la suya, él me cuidaba, la cubrecama nos tapaba, la vergüenza
se estaba perdiendo de a poco gracias a la luz apagada, el sonido de la lluvia
se combinaba con su perfume que se pegaba cada vez a mi cuerpo, yo cerraba mis
ojos cuando él decidió pasar a mi prenda más intima que poco a poco, salía de
mi mientras él no me sacaba la mirada, esa mirada tímida que descubrí cuando
mis ojos se abrieron de a poco y mis manos lo abrazaba, la última prenda, y ahí
fue cuando nuestras mejillas chocaron y a la vez el TE AMO lo escuchábamos, te voy a cuidar yo sonreí en sus labios,
y aquel instante nuestros cuerpos, muy despacio y lento se empezaban a
convertir en uno, la pasión dejaba que los suspiros sean notorios y también
cuando abollé esa sabana y con mi otra mano lo abrazaba, los minutos pasaban,
nuestros cuerpos desnudos se empezaban a conocer, no fue planeado, dejamos que
fluya, como nuestro amor que cada día crece más. Esta era una demostración de
amor, quizás, pero creo que era una forma de sentir más el amor que nos teníamos,
me sentía segura, me sentía fuerte, me sentía enamorada, la felicidad abarcaba
todo de mi, él ahora a mi lado me hace feliz porque no deja de pronunciar un te amo, también quiere saber si estoy
bien pero basta con besarlo un poco y él esta más tranquilo, lo abracé fuerte,
me escondí en su cuello y ahora le dije gracias
, él responde con un sos el amor de
mi vida.
Estamos llenos de amor ,
ella se esconde en mi piel.
Publicado por Escritora Laliter | El domingo, 21 de octubre de 2012